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may
'15
Los créditos son instrumentos financieros que funcionan como apoyo para adquirir bienes y servicios cuyo costo rebasa los ingresos personales disponibles. Todo crédito debe pagarse en algún momento, por eso indispensable que, antes de solicitar alguno, conozcas tu capacidad de pago para saber si podrás solventarlo.
La capacidad de pago implica la liquidez con la que cuentas, es decir, los ingresos que tienes disponibles para endeudarte o hacer pagos frecuentes durante un plazo específico. Este es un factor clave que toman en cuentalas instituciones financieras antes de otorgar un crédito. Para calcularla individualmente, debes considerar los siguientes aspectos:
Primero, obtén tu ingreso neto mensual; después, réstale todos los gastos que realizas en el mismo periodo. El resultado, conocido como excedente, debes multiplicarlo por 100 y dividirlo entre tu ingreso neto. Esta última cifra es el porcentaje que representa tu capacidad de pago. Si es menor a 10%, puede considerarse baja; si es mayor a 30%, es alta.
Por ejemplo, si ganaras $20,000 pesos brutos al mes como trabajador independiente, habría que quitarle el 21.36% de ISR y el 16% de IVA, lo cual implica un ingreso neto mensual de $12,528 pesos. Si en este mismo periodo tus gastos ascendieran a $9,000 pesos, te restaría un excedente de $3,528 pesos. Así, tu capacidad de pago alcanzaría un 28.16% y, con un buen historial financiero, aparecerías como un candidato idóneo para recibir un préstamo.
Las deudas deben asumirse responsablemente. En muchas ocasiones, las personas adquieren problemas financieros porque no hacen un análisis de su liquidez antes de pedir un crédito. Para evitar conflictos con cualquier institución bancaria a largo plazo, ten muy clara tu capacidad de pago y contempla tu disposición para asumir egresos constantes a lo largo de varios meses. Con finanzas personales sanas, aseguras tu estabilidad económica y emocional.