19
jul '16

Brindar sin dañar el cuerpo: el alcohol en el organismo

Para muchas personas las bebidas espirituosas están asociadas con la independencia y la libertad. Además, el papel que tienen en la sociedad se ve reforzado positivamente porque se consumen en grupos: con amigos o colegas, con el fin de sentirse mejor. Es el abuso en su ingesta el que genera consecuencias negativas. Hay maneras en que una persona puede disfrutar bebiendo de vez en cuando sin tener consecuencias a largo plazo.

Con moderación, el alcohol es usado por sus beneficios al organismo como descomponer más rápido los alimentos que se consumen, haciendo más fácil que pase a través del tracto gastrointestinal. El alcohol también puede ayudar a una persona a relajarse cuando lo consume en una cantidad moderada (1-2 copas al día). Al beber en exceso el efecto se invierte, intoxicando el cuerpo y produciendo efectos desde fisiológicos y psicológicos hasta cambios cognitivos y conductuales:

  • En el cerebro, inhibe las funciones de la región frontal, por lo que disminuye la memoria, la capacidad de concentración y el autocontrol. Hay cambios en la visión, pérdidas en la coordinación muscular así como alucinaciones que distorsionan la realidad de la persona.
  • El hígado es el órgano más perjudicado al beber en exceso, pues tiene que metabolizar grasas, sintetizar azúcares y proteínas, así como desintoxicar la sangre, al ingerir licor sufre daños y puede causar desde náuseas, vómitos y dolores de cabeza hasta desnutrición, hígado graso, cirrosis y edemas (acumulación de líquidos en extremidades).

alcohol

  • Por su característica diurética, deshidrata el cuerpo haciendo que éste elimine más agua de la que ingiere y lleva al organismo a acabar con sus reservas. Esto provoca que las meninges (membranas que cubren el cerebro) pierdan líquido, lo que genera dolor de cabeza.
  • En el estómago, aumenta las secreciones de ácidos y mejora la digestión, pero cuando se ingiere en exceso puede provocar úlceras debido al etanol, su principal componente. El ardor será mayor si se mezclan diferentes licores, ya que la irritación gástrica se debe a sus componentes.
  • Aumenta el flujo de la sangre, por lo que la piel presenta más sudoración.
  • Acelera la respiración. Si se ha abusado de la ingesta, podrían colapsar los pulmones.
  • Los efectos en el corazón son un aumento en la actividad cardiaca. Cuando el licor llega a la sangre disminuye los azúcares presentes en la sangre e incrementa la producción de insulina, provocando sensaciones de debilidad o agotamiento.

Una práctica común es mezclarlo con bebidas energéticas, ya que el efecto que produce es diferente al de combinarlo con refresco. Y no solo es malo, sino puede ser un grave problema para la salud. Al ingerir más alcohol, aumentan los riesgos de padecer enfermedades hepáticas, cirrosis e hígado graso.

Las bebidas alcohólicas generan un estado de euforia, con la diferencia de que al consumirlas en demasía, nuestro organismo tiende a producir un efecto depresivo como síntoma de alerta para avisarnos que no debemos seguir tomando más. Sin embargo, la cafeína, como el resto de los estimulantes, encubren este efecto y la persona podría beber más. Debemos tener presente que las bebidas energéticas alteran nuestro organismo excitándolo y manteniéndolo activo. Al beber desmesuradamente estas mezclas, podríamos producir un desmayo al alterar el ritmo del corazón.

Con el fin de unificar criterios para calcular el consumo de alcohol, la Organización Mundial de la Salud (OMS), estipuló su medida a través de la Unidad de Bebida Estándar (UBE). Cada unidad supone entre 8 y 13 gramos, así se puede medir la cantidad de alcohol puro, no la cantidad de líquido que se bebe. Un hígado sano puede metabolizar alrededor de una UBE cada hora u hora y media.

La recomendación de la OMS con respecto al consumo de bebidas alcohólicas es no superar la dosis diaria de 30 g en hombres y mujeres 20 g.

1 UBE puede ser:

  • Una copa de vino
  • Una cerveza
  • Una copa de champagne
  • Un vaso de vino dulce o jerez

Una copa de licor como el whisky, anís, ginebra, coñac, los cócteles o combinados equivalen a 2 unidades.

Los expertos médicos están de acuerdo en que, cuando se trata de alcohol, un poco es más que suficiente y el uso moderado es la clave para experimentar los beneficios mencionados.