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¿Recuerdas la capacidad de imaginar que tenías en tus primeros años? Seguramente, podías construir un mundo nuevo sólo con pensarlo y hacer que tu entorno se transformara para adaptarlo a tus juegos. Si bien los seres humanos nacemos con esa habilidad, ésta puede desarrollarse mucho más practicando algún pasatiempo que invite a crear. Por eso, el arte en los niños es tan importante para su formación integral.
Casi siempre se piensa en el arte como una práctica exclusiva para quienes desean dedicarse profesionalmente a la creación estética. Sin embargo, es una dimensión del potencial humano disponible para cualquiera, que trae grandes beneficios físicos, mentales y emocionales. A partir de los 2 años, tus hijos pueden iniciar su educación artística y, si la mantienen a lo largo de su vida, notarán la diferencia con quienes nunca la tuvieron o la dejaron.
De acuerdo con un estudio en alumnos de secundaria de la Facultad de Educación de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA), quienes mantenían un contacto cercano con el arte presentaban calificaciones más altas y menos riesgo de fracaso escolar que los estudiantes que no habían practicado alguna disciplina artística. Además, eran más hábiles para redactar, comprender lecturas y realizar cálculos matemáticos.
Tal vez piensas que es un exceso meter a tus hijos a entrenar un deporte y aparte que tome clases de pintura o música, pero en verdad deberías tomarlo en cuenta. A continuación te compartimos algunos de los beneficios más relevantes del arte en los niños. Sin duda, te sorprenderá todo lo que la práctica y el desarrollo de la apreciación estética pueden hacer por tus pequeños.
Como sabrás, el cerebro humano está dividido en 2 hemisferios: el izquierdo, que controla las tareas racionales, y el derecho, que se encarga de las actividades creativas. Si tus hijos practican regularmente alguna disciplina artística, se desarrollarán tanto su capacidad de análisis como su sentido del ritmo. Así, al aprender a coordinar su cuerpo y sus ojos, su pensamiento abstracto será mucho más fino y versátil para proponer soluciones.
El arte, en sus diversas manifestaciones, sirve para compartir el mundo interior propio con los demás. De ese modo, no sólo se materializa la imaginación sino también se da pauta a la reflexión y la crítica. Cuando tus hijos bailan, dibujan o cantan, descubren una manera atractiva de mostrar los pensamientos y emociones que les inquietan. Por eso, si quieres que tus niños crezcan como seres libres, permite que den rienda suelta a su creatividad.
Pararse en un escenario frente a un público o terminar una escultura puede representar uno de los más grandes triunfos en la vida de un niño. Alcanzar el dominio de ciertas habilidades le permite a tus hijos sentirse más seguros. Por lo tanto, practicar un arte también es una oportunidad para fortalecer su autoestima y promover su autonomía. De hecho, al crear sin ataduras, los infantes aprenden que tanto los riesgos como los tropiezos son parte del éxito en la vida.
Una de las discusiones que está siempre presente en el arte, es la de los criterios de lo bello y lo feo. Cuando los niños aprenden que hay tantas versiones de belleza como seres humanos en el mundo, evitan juzgar a los demás con base en estereotipos o prejuicios. Además, al realizar alguna actividad artística en grupo, los pequeños se vuelven conscientes de que necesitan de otros para crear grandes cosas y mejorar como individuos.
Todas las expresiones artísticas se sitúan en un tiempo y espacio específicos. En la medida en que tus hijos empiecen a interesarse en alguna disciplina artística, será inevitable que quieran saber más sobre su evolución a través de la Historia. Al ampliar su bagaje cultural, tus niños tendrán mayores herramientas para ser exitosos a nivel profesional y defender sus derechos como ciudadanos. De ese modo, se convertirán en verdaderos agentes de cambio en el futuro.
Si tus hijos ya asisten a la escuela, pero su plan de estudios no incluye actividades artísticas, busca espacios donde puedan tomar talleres del arte que más les guste. Un factor esencial para que los niños puedan aprovechar todas las bondades de las prácticas estéticas, es que ellos se sientan cómodos con las obras que producen. Por eso, evita obligarlos a hacer algo que les desagrade.
No se trata de que eduques a tus hijos para convertirse en artistas profesionales pero, si es el caso, no dudes en apoyarlos a realizar su sueño. De hecho, el arte podría convertirse en el pretexto perfecto para compartir tiempo con ellos mientras están creciendo. Aparte de ser un recurso ideal para plasmar lo que vive en su imaginación, la creación colectiva es una de las mejores terapias familiares que existe. Inténtenlo.